Estamos frente a una tendencia mundial que plantea un desafío de alta complejidad para el área de Recursos Humanos: ¿tiene sentido fidelizar colaboradores con estilos de vida e intereses cada vez más particulares usando herramientas rígidas y uniformes? ¿Es competitivo, es rentable?
A todo empleado le gusta sentirse reconocido dentro de la compañía y saber que forma parte de un esquema organizacional incluyente, en el que se está velando por su bienestar y proyección laboral y personal. Es allí donde el papel del área de Recursos Humanos se hace más visible al preocuparse por escuchar y conocer cuáles son las necesidades de los colaboradores ofreciéndoles un programa de beneficios acorde a la realidad de los trabajadores.
Sobre este punto, existen varios estudios que muestran una fuerte correlación entre la satisfacción con los beneficios que la empresa brinda y la satisfacción con el trabajo. Los colaboradores que se mostraron muy satisfechos con sus beneficios son tres veces más proclives a mostrarse satisfechos con sus trabajos, frente a aquellos que se sienten insatisfechos con los beneficios de la empresa (79% vs 22%). Asimismo, la Association for Human Resource Management de Estados Unidos señala que los beneficios son el tercer factor de satisfacción para 69% de los empleados.
Una buena opción para intentar mejorar los índices de satisfacción (y por añadidura varios otros indicadores como retención, clima laboral, compromiso, etc.) es...